Si eres amante de la naturaleza o buscas escapar de la ciudad, estas son algunas de las mejores estancias en granjas de Europa que deberías incluir en tu lista de viajes soñados.
Si estás comenzando tu viaje en Ámsterdam, no necesitas ir muy lejos para sumergirte en un entorno campestre. A pocos minutos en coche de la ciudad se extienden campos verdes, granjas tradicionales de queso e incluso antiguos molinos de viento que aún siguen en funcionamiento.
La mejor manera de vivir esta experiencia es participando en las excursiones guiadas a Zaanse Schans, Marken, Edam y Volendam. Son las excursiones desde Ámsterdam, donde los visitantes pueden degustar quesos y conocer el trabajo de artesanos locales.
También hay una maravillosa oportunidad de pasear por hermosos pueblos pesqueros.
En los alrededores hay varias granjas más donde puedes alojarte y disfrutar de una experiencia tipo “bed and breakfast”, si estás dispuesto a cambiar las luces de la ciudad por cencerros y mañanas campestres.
Esta antigua granja se encuentra en una tierra cargada de historia. En Tenuta di Spannocchia, puedes aprender cómo se cultivan los alimentos de verdad. Los huéspedes colaboran con tareas sencillas como alimentar a los cerdos o recoger verduras.
También se imparten clases de cocina, donde se preparan platos con ingredientes que crecen en la propia finca. Las vistas se extienden por colinas cubiertas de olivos. Sin duda, es una experiencia que todo habitante de ciudad debería vivir al menos una vez en la vida.
También conocida como la Venecia del Norte, Giethoorn es mucho más que sus hermosos canales y sus agradables paseos en barco. Cuenta con amplias tierras de cultivo y espacios abiertos donde los habitantes siguen trabajando la tierra y recibiendo con gusto a los viajeros curiosos.
Como excursión de un día desde Ámsterdam, una visita a una granja tradicional neerlandesa o una exploración de los prados y humedales del Parque Nacional Weerribben-Wieden es bastante habitual. Este idílico y fotogénico destino es una escapada inofensiva del ajetreo urbano. Es el punto medio ideal entre quienes no tienen tiempo (o ganas) de pasar una noche en la campiña neerlandesa y quienes buscan vivir una experiencia rural auténtica.
La Donaira combina el ideal de volver a lo esencial con el lujo, en las colinas sobre Ronda. Es una granja ecológica en funcionamiento que apuesta por la agricultura biodinámica, el trato natural con los caballos y la sostenibilidad.
Los visitantes pueden alojarse en antiguas casas de piedra restauradas, disfrutar de alimentos producidos en la propia finca, y realizar caminatas por las colinas cercanas o relajarse en el spa.
Incluso se puede practicar baños de bosque o unirse a uno de sus retiros de bienestar. Es ese tipo de lugar que te permite reiniciar, renovarte y reconectar con la naturaleza.
Una visita a los campos de tulipanes cerca de Keukenhof es obligatoria, aunque no se trate exactamente de una estancia en granja, especialmente si viajas en primavera. Esta zona florece cada año entre marzo y mayo, y no es difícil llegar desde Ámsterdam con el autobús turístico a Keukenhof.
Pluktuin de Annemieke está a solo 15 minutos de Keukenhof y allí los visitantes pueden cortar sus propios ramos de flores.
Es una excelente oportunidad para disfrutar de la cultura agrícola neerlandesa, especialmente si tienes poco tiempo. Para descubrir más actividades en Ámsterdam, puedes consultar nuestra publicación anterior sobre los lugares imprescindibles, incluido el Rijksmuseum y algunas atracciones locales poco conocidas.
En resumen, puedes hacer de todo: desde catar vinos en una terraza toscana hasta ordeñar cabras en los Países Bajos, pero no encontrarás la misma satisfacción en la ciudad. El agroturismo te brinda una experiencia de primera mano con la tierra, las tradiciones e incluso con las personas que dan vida al lugar. Por eso, la próxima vez que pienses en pasar tus vacaciones en Europa, no tengas prisa y elige un “modo más lento”.